Cómo cultivar una rosa blanca

Estoy conmovida por haber escuchado al presidente Obama iniciar su discurso en Cuba con las palabras “Cultivo una rosa blanca.” Al abrir su discurso con esta línea, estableció el reconocimiento cultural, el respeto para el pueblo cubano, y el profundo desafío que es sanar las relaciones dañadas. El público presente en el teatro en La Havana respondió con un aplauso fuerte e inmediato. Seguramente ustedes conocen de corazón el poema, que fue escrito en 1891 mientras José Martí vivía en Nueva York, pero lo voy a repetir aquí:
Cultivo una rosa blanca
En julio como en enero
Para el amigo sincero
Que me da su mano franca Y para el cruel que me arranca
El corazón con que vivo
Cardo ni ortiga cultivo
Cultivo una rosa blanca. Hay algo profundo dentro de estos ritmos tan cubanos que demuestra por qué la combinación de Focusing y la Comunicación no Violenta es tan poderoso. ¿Cómo cultivamos una rosa blanca, todo el año, para nuestros amigos, así como para aquellos que nos han herido? Desde luego, no es por medio de enterrar la realidad de nuestros sentimientos, sino reconociéndolos, para que nos guíen en el camino a expresar lo que necesitamos, para luego poder escuchar con apertura lo que necesita el otro. La sociedad no sabe todavía cómo hacer eso. Sembrar cardos y ortigas solo nos protege por un rato. El gesto de Obama hacia Cuba muestra que él entiende que el cambio es un proceso, algo que hay que cultivar por medio de la escucha respetuosa y el entendimiento mutuo.
En julio como en enero
Para el amigo sincero
Que me da su mano franca Y para el cruel que me arranca
El corazón con que vivo
Cardo ni ortiga cultivo
Cultivo una rosa blanca. Hay algo profundo dentro de estos ritmos tan cubanos que demuestra por qué la combinación de Focusing y la Comunicación no Violenta es tan poderoso. ¿Cómo cultivamos una rosa blanca, todo el año, para nuestros amigos, así como para aquellos que nos han herido? Desde luego, no es por medio de enterrar la realidad de nuestros sentimientos, sino reconociéndolos, para que nos guíen en el camino a expresar lo que necesitamos, para luego poder escuchar con apertura lo que necesita el otro. La sociedad no sabe todavía cómo hacer eso. Sembrar cardos y ortigas solo nos protege por un rato. El gesto de Obama hacia Cuba muestra que él entiende que el cambio es un proceso, algo que hay que cultivar por medio de la escucha respetuosa y el entendimiento mutuo.
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