Relaciones con más armonía
Desde que he practicado Focusing, la relación con mi familia ha cambiado significativamente. Puedo escuchar a mi madre sin sentirme responsable de solucionar sus problemas o de tener que aconsejarla. Cuando hay una situación muy fuerte, la escucho siendo una focusera: invitándola a ponerse cómoda, y ser consciente, le invito a tratar de identificar en su cuerpo lo que me está contando, dejando que le llegue una sensación, textura, forma, y que la acompañe. Ella ha captado muy bien el proceso. Dependiendo la situación le pregunto si puede acompañar a la sensación o qué le pregunta lo que necesita. En una ocasión se observó como una bailarina danzando, y me dijo: Ya me siento mucho mejor. Ahora ella por lo general cuando me cuenta una situación me dice: “Estoy notando que algo en mí se siente…”
Cuando tengo alguna diferencia con mi esposo, pongo en práctica la pausa revolucionaría, preguntándome lo que siento y necesito. Por lo general hago focusing y luego hablo con él nuevamente partiendo desde mis sentimientos para exponerle mis necesidades y hacer peticiones. Puedo observar que él recibe de forma diferente las peticiones que hago, porque ya no son demandas. Otro cambio es que ahora ya no me culpo cuando tenemos alguna discusión. También poco a poco estoy tratando de conectarme más con él, tratando de percibir sus sentimientos o necesidades.
En una llamada con mi mamá me decía que por mi cumpleaños quería obsequiarme dinero, y pude notar que algo dentro de mí sentía desagrado. Y hubo un pequeño momento en el que trate de responder “¿Por qué?” Pero, al mismo tiempo le respondí: “Mami, estoy notando que algo en mí se siente halagada por el regalo que me quiere hacer, pero también noto que me siento incómoda. Conozco las necesidades que tiene y el uso que le da al dinero. Así que para mí un maravilloso regalo es su compañía y apoyo.” Mi mamá me respondió: “Yo realmente quisiera darte todo el dinero del mundo porque vos me escuchas y eso me hace sentir acompañada, apoyada y respetada. Agradezco tu consideración de mi situación económica.” Al terminar de decir eso, me sentí tranquila. Era una sensación de armonía entre mi cuerpo y mi cabeza. Al final las dos nos sentimos felices con la decisión que tomamos juntas. Fue un ganar-ganar.
HM, San Salvador
Be the first to comment.