Cuando uno no puede ser amable con la sensación con significado
Mis alumnos de Enfoque Bio-Espiritual (EB-E) son geniales.
Uno de ellos definió así el ambiente en el que el proceso del EB-E se da: “Se trata de estar de una manera cómoda con las cosas incómodas como las llevamos dentro de nuestro cuerpo” (¡¡¡!!!)
¿Es esto “pensamiento positivo”? ¡No!
¡Es llevarles respeto, aprecio a nuestras cosas “negativas” (que por supuesto, para nada lo son!) yendo a a donde ellas se sienten en nuestro cuerpo, es escucharlas, sostenerlas, abrazarlas!
Paradójico sí, ¿imposible? ¡No!
A propósito, te cuento esta historia, con el consentimiento de la protagonista:
Ella, una mujer adulta en edad madura está tratando de hacer un ejercicio de Enfoque. Me ha dicho que anda cargando una historia muy dolorosa desde que era niña. Yo la acompaño a enfocar. Localiza en su bajo vientre una sensación extraña que la intimida y que de alguna manera su semblante expresa como una aguda tensión. Le pregunto si puede acercarse a esa sensación y me dice que no. Entonces le digo que si podría ser amable con ella y me dice que no. Le pregunto si podría saludarla de lejos y me dice que no. Entonces le digo que si le podría llevar respeto a ese lugar. En ese instante cambia su rostro y me dice “¡Respeto sí!” Le digo que simplemente vea cómo se siente darle respeto a eso que está sintiendo. Pasan unos minutos, su tensión generalizada va desapareciendo. Le pregunto si está bien dar un paso más y me dice que no que ya todo está bien. Terminamos el ejercicio con un cierre de agradecimiento y al abrir los ojos le pregunto ¿Qué se siente bien hacer ahora? quizá dar unos pasos… compartirme algo de su proceso, quedarte en silencio con eso… ver por la ventana… Ella, levantándose de su silla y abriendo completamente los brazos me dice: ¡abrazarte! Nos quedamos fundidos allí envueltos en mutuo agradecimiento, ternura, delicadeza, cariño…
Luego me compartió que había sido abusada sexualmente de niña y que la palabra “respeto” había sido el símbolo perfecto para atender ese lugar que guardaba tanto miedo, vergüenza, culpa… Y que había sentido que necesitaba abrazarme en mi calidad de varón por haber estado presente a ella en los momentos de atender cómo llevaba su cuerpo aquél doloroso asunto. “Desde entonces, -me dijo-, me la paso abrazando confiadamente a todo mundo…”
“Respetar” implica aceptar, escuchar, “las cosas incómodas tal y como las llevamos en el cuerpo”…
—Dr. Juan Prado Flores, autor del libro Sanate a ti mismo y sana tu mundo
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